miércoles, 25 de agosto de 2010

Ballantines 12 años



Cafés y medidas de whisky importado.
Para saciar el ansia caminante,
de llegar a algún lugar.
Pateando la calle.

Angustia,
anudada en la garganta.
Para protegerse del frió
de la soledad.

Un perro callejero.
Buen acompañante.
Y el recuerdo titilante
de algún desamor.

Yo y mi arrogancia toda.
A la intemperie,
hecha pedazos.

Y retazos del niño que fui
pidiendo asilo.

Y el silencio, como respuesta muda.

Hecho un sorbo y pienso.
La garganta se calienta.
Y después el escoces,
ese es para los dolores incorpóreos.
Que son los que mas duelen.

La carne, sana
o se corta.

Pero como seguimos con el alma
pidiendo respuestas que uno
no quiere dar.

Porque sabe que la vida fue toda.
Y fue vivida.

DESIDIA

Todos se quedan quietos,
preservan la desidia.
Como si fuera un don.

Y los convirtiera en seres
de otra clase.

Como si la mediocridad,
al compartirse
se extinguiera.

En un mar de rituales
mundanos.

Hacemos la comida,
cogemos,
cagamos.

Y en esa vida,
nos evaporamos.
Sin dejar rastro.

Sin sentir,
sin vivir.
Sin amarnos.

A VECES EL AMOR

A veces el amor
se disfraza de hereje,
se cuela por una ventana
y no dice nada.

Se queda viviendo
en vos, como un ocupa.
Y te empuja.

Te avisa que ahí
esta el otro pedazo
que te faltaba.
Desplegando sirenas y bocinazos.

Te cuestiona lo vivido.
Y te dice no importa.

Y entonces te reís.

Y haces un globo gigante
con el bazooka
y dejas que te explote en la cara.

Se enoja y te insulta.
Te cuestiona.

Cuantas vidas pensas que tenes?

Y te responde.
Es esta sola.

Y te abre la puerta.
Y te invita.

Y ahí sos vos el que se tiene
que mudar de casa.

A veces, el amor.

ANABEL

Viernes tras viernes te veo,
cada viernes mas linda.

Como el ensueño
de mi adolescencia.
Cuando todo era posible.

A veces, me acerco.
Y te gano una sonrisa.

Y con tu sonrisa,
le robas otra a este
veterano de guerra.

Quien pudiera ser tu guia.
Tu amante, tu frontera.

Y arrebatarte con un beso,
todos los soles de la primavera.

Quien pudiera ser el de antes.

Para lanzarce sin reparo,
en esta búsqueda serena.

Pero el tiempo vivido,
no fue en vano.

Nos condena y nos libera.

LOS PERROS



En cada casa,
siempre estuvieron ahí,
los perros.
Como una guardia imperial.

Detectando la maldad
y el miedo.




Haciendo fiesta
y buscando al amo.

Cuando vagan por los parques
me buscan.
En las playas me sirven de almohada.
Y en invierno,
Calientan las camas y la casa.
Y piden caricias.
Para recordarnos
que aun somos humanos.

Si alguna vez abandonara el mundo
de lo cotidiano.
Me convertiría en el señor de los perros.
Y cruzaría montes y pantanos.

Con una jauría enorme,
ineludible.

Seria entonces yo,
una melena.
Y ellos, mi cuerpo
De pieles multicolor,
cubriendo kilómetros a la redonda.

No existiría
quien pueda detenernos.

Ni comida que alcance.

Y arrasaríamos las aldeas miserables.

Y se hablarla así, con miedo.

Cuidado!

Allá lejos vienen los perros.

martes, 17 de agosto de 2010

TE BORRO

Te borro de mi lista
de las vidas posibles.
Porque cuando te invite a volar.
No me dijiste que le tenias
miedo a las alturas.

Que querías una vida segura,
a raz del suelo.
Donde los sueños se ahogan.

Y las camas
transpiran de deseo.
Pero no consuman nada.

Porque cuando te inyecte
el elixir de mi carne.
Fingías que disfrutabas.

Y me vendiste el cuento
de que fuiste hembra solo conmigo.
Que los demás eran aprendices.

Y yo,
de ingenuo.
Por desgracia ya no tengo nada.

Porque todo lo aprendí de la noche.
Y de amigas separadas.
Que cuando querían jugar el juego.
Simplemente deliraban.

Ahora te saco el cuerpo.
Con los años sacare mi alma.
Y en el arcón de los recuerdos,
quedaran los besos que te daba.

Te acordas?

Vale mas un beso
que se da con toda el alma,
que mil que solo son besos.

Y me voy de viaje.
Con la valija llena de esos.

A ver si alguna me los cambia
por uno verdadero.

A VECES ANDO

Mi cuerpo late por partes.
Y por partes también muere.

A veces ando sin corazón.
Muchas otras sin conciencia.

A veces el alma
se niega a acompañarme.

Y soy tan solo un fantasma.

LINEA A ninguna parte


Vos corrías, desnuda.
Lejos de mi.
Como esquivando razones.

Yo corría también.
Desnudo.
Pero hacia otro lado.




La velocidad al alejarnos.
Nos llevaba por noches
inusualmente cortas.

Como si nuestras vidas
se miraran atraves de la ventana
de un subte.

Y las estaciones.
Ráfagas de luz.
De paz esquiva.
Durando micro segundos.
Y otra vez el túnel oscuro.

Como nuestra casa.
Como gotas espesas
de sangre negra.

Así morimos.
Desangrando aquel amor,
en el bar de la impericia.

Como si hubieran puesto
en nuestras manos un frágil cristal.
Y nosotros haber nacido imposibilitados.

Y después del amor,
la rabia.
La insensibilidad toda.

PERIDURAL.

Y volver a mutilarnos.

A rasgar con nuestros dientes.
Lo que queda de humano.

Y ser la maquina fría.

Y andar por la vida
patrocinando fracasos.