sábado, 31 de marzo de 2012

Desnudos con las olas



Los días que no elegí morir,
Me dedico a fumarme solo.

Cultivo mis amapolas.
En este terruño sagrado
Con mis manos
En el barro.

Acaricio la inocencia
De las aves.
Y envidio
En silencio sus alas.

Todo un mar sin horizonte.

Están aquí también,
Los caballos y mis perros
Como una dupla endemoniada.

Librados al instinto.

Un vaso de vino,
Una pava.
Dos grillos.

Y mi memoria
que nunca se ausenta.
Y me salva de la inercia carente
de las horas.

A veces pienso
Que nada me falta.

Que el hombre es en soledad
lo que los dioses en sus cielos.

Me siento rico
y me festejo.

Solo se
Que si algo debe llegar.
No puede romper
Este equilibrio sagrado.

Debe agrandarlo
y teñirlo de colores.

Embriagarlo de perfumes
y ponerle alas.

Para así poder planear
el otro viaje,
juntos.

Hacia tierras aun más salvajes
y lejanas.

Donde podamos jugar
desnudos con las olas.

Juan Demian

lunes, 26 de marzo de 2012

Bien alto



Como un salto de luz
Ante la oscuridad que nos devora.

Como un viaje visionario
De risas y besos.

Salve el mándala
Del cruel naufragio.

Estabas sola,
Tiritando en la azotea
Envuelta en miedos.

Bailando descalza.

Saberte del mundo
También me apasiona.

Cuando despliegas tu danza
Que acaricia los cielos.

Como ser egoísta
Cuando el amor te alumbra?

Cuando el mundo muere de hambre.

Incapaces
Los que hacen del amor
Una cárcel
Y no un templo.

Porque amar,
Es ser libre.

Y vestirse de alas impensadas.

Y si jugamos con fuego
Y quizá nos quemamos
Bienvenido el infierno

Ya poseo la cura del agua
Entre mis manos.

Y me erotiza tanto,
Secarte la frente
De esa fiebre jadeante
Que rara vez nos envuelve.

Que me pierdo contento.
En esta noche que nunca es tarde.

Porque todavía cabe
La posibilidad del encuentro.

Se que estamos saltando.
Entre los charcos y el fuego
Entre camas elásticas.

Para abrazarnos bien alto

Juan Demian

miércoles, 21 de marzo de 2012

Por siempre, compañeros



Muero,
En tus fosas comunes.
Ahogado en la sangre de mis compañeros
Torturados hasta el olvido.

Y en el último
Exabrupto de mis pulmones.
Exhalo la libertad que peleamos.
La libertad que soñamos.
La libertad que vivimos.

Y mientras se baja
El telón de mis ojos.
Veo un monumento vivo.

Donde descansara por siempre
La conciencia del hombre.

Porque en este lugar.
Donde mis huesos
Se pudrirán junto a otros.

Se funde y se fusiona.
El entendimiento divino.

De hombres que amaron
Y amamantaron una causa
Con sus labios
Resquebrajados por el frío.

Que supieron amar al prójimo
mas que a si mismos.

Para ser entonces
Por siempre
La claridad que ilumina el camino.

Juan Demian

martes, 20 de marzo de 2012

La liviandad del éter



En la saga de tu luz.
Mi insalvable desmesura.
Atrapada.

Resabios de una vida de excesos.
Buscando el conocimiento.

El gen genial de las almas.
Que se liberan y vuelan.

Atravesando los cielos.
Y dejando a su paso
Una estela dorada.

Vil la trampa
Cadenciosa del fuego
Que late.
Y ya nada lo para.

Y es entonces arder
La medida de todas las cosas

El fulgor de la dicha.
Danzando
En las palmas de tu mano.

Podría haber vivido en fuga.
Pero cuando el camino
Es certero
Son los pasos
Los que te tientan
A seguir caminando.

Porque a cada paso
Se devela un mundo nuevo..

Grandilocuente
En mil colores.

Y las melodías
Que estremecen tu esencia.

Fueron entonces,
Los días de esta vida
Una singular escuela.

Que te educaron
Y te enseñaron
A no ser nada.
A no asumir ninguna forma.
Porque cada forma te encapsula y te condena.

Y a la hora final.
La de tu fusión con el todo.
Deberás poseer
Tan solo la liviandad del éter.
La seguridad
Que aplasta el miedo.
Y esa sabiduría
Que solo han logrado
Los hombres libres.

Juan Demian

jueves, 15 de marzo de 2012

El Universo paralelo de un amor poeta



Un universo paralelo
Se abrió.
Aquel día que descuartizaste
Tu primer reloj de lata.

Cuando descubriste
En jardín
Que pegando pedacitos de lana
En un cuaderno en blanco podías
Inventar un mundo.

Y se develo,
Erótico.
De niño.
Cuando a los ocho años
Le dijiste a tu bisabuela
Me gusta esa chica.
Y te dijo entonces.
Regale una rosa.
Y te dio una de plástico
Un tanto aterrada.

Y viste por primera
Vez.
Ese brillo en sus ojos.

(No podía durar mucho,
Estaba claro.
Era más grande).

Y te convertiste entonces.
En un florista apasionado.
En esos juegos.
Que te pedían volar más alto.

Y creíste, entonces
Siempre e indefectiblemente
En la mirada.

Alguna, te traiciono.
Alguna supo derramar sus lágrimas.
Y así te fuiste viviendo.
Y hubo emociones
De todos los colores.
Como esa caja de marcadores gigante
Que siempre te acompañaba y no cambiabas
Por nada.

Perfeccionaste tu don
Tu amor poeta.
Y aprendiste a ver
Y desnudaste de esencia
Cada alma.

Siempre,
Buscando su luz.
Ese brillo especial
Que regalan las rosas
De plástico.

Cuando se las regalas
A la persona indicada.

Juan Demian