domingo, 4 de septiembre de 2011

La hora señalada




Los superfluos desaciertos,
Los bosquejos de la nada.
El viento paria.

Y una mirada que trasciende.





Que hace del mundo
Su búsqueda.
Incapaz de entendimiento alguno.

Rebotando en el ocaso.

Mil fuegos sin palabras.

Y el ahora y siempre.

Construyendo
Un eterno instante.

Viendo entre las sombras.

El mañana.

Viendo siempre un cachito de luz
En las horas oscuras.
Que nos matan de a pedazos.

Y saberse del olvido.
Y haber sobrevivido
Todo engaño.

Tanta muerte.
Tanta nada.

Para decir existo.

Aun resisto.

Aunque la tormenta
Se empecine
En volarme el alma.

Hay algo de mi,
En todas las cosas.
En cada niño.
En cada casa.

Latiendo.
Por sobreponerse.
Para llegar entero
A la hora señalada.

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