lunes, 25 de octubre de 2010

Nunca nada

En cuantas camas,
Mi cuerpo ha sabido transpirar.
Sin llevar el alma.

Ir robándole a la piel,
Lo que la sangre me negaba.

Aquellos días de mi primera madurez.

Hoy,
Por el contrario.
Si una caricia no me muestra,
Es mejor que no salga.

Muchos años viví así,
El cuerpo satisfecho.
Y el alma atormentada.
Tratando de entender que pasaba
En esas camas.

Ahora lo se.
Ahí nunca paso nada.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Claroscuro

Toda esta impetuosa inercia y yo,
dejándome arrastrar por la nostalgia
hacia los confines del alma.

Donde desatan sus batallas.
Mis ángeles y mis fantasmas,
Reclamándome para si.

Como si una sola vida,
no soportara esta dualidad.
Este claroscuro.

Ahora se,
que me debo tanto al cielo
como a las sombras.

Porque aprendí tanto en las aulas,
como en los callejones.
Aprendí a crear y a ser benigno,
Pero es la oscuridad,
la que le pone peso a mis palabras.

La que rompe el foco monopólico
de la imbecilidad.

Es que el día es solo una comedia bizarra.
Donde te adaptas o morís.

En cambio la noche.
Me permite desplegar
mis tenebrosas alas.
Y sobrevolar el infierno.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Puedo morir

Puedo morir.
Y decirte.
Hoy le apago los ojos al mundo.
Y bajar lentamente las persianas.
Hasta convertirme en sombras.

Que ni el recuerdo me redima.
Porque me he declarado culpable.

De negarle mi sueño.
Y mi tiempo.
A la vida sin alma.

Puedo morir
Y fosforecer en el infierno.
Callando los dolores.
Hasta que me abrace la calma.

Y ya no partir al mar del encuentro.
Porque mi barca esta encallada.
Atrapada en mil tormentas.
Que se devoran mis ansias.

Y ya no buscarte,
Ni añorar encuentros.
De esos que salvan.

Esos que transforman con un beso la noche,
en primaveral mañana.

Porque he vivido en el intento.
Y solo con eso no alcanza.

jueves, 7 de octubre de 2010

Voyeur

Si tengo que ser un voyeur,
prefiero serlo entre tus sabanas.
Y descubrirte desnuda.
Hermosamente sagrada.
Y hacerte el amor sin culpa.
Y sin tiempo.
Sabiendo que aun nos quedan mil mañanas.

Sentirte mujer.

Y que al mirarte a los ojos,
simplemente
me muestres el alma.