martes, 27 de diciembre de 2011

El eco



Ruinas minusvalidas del eco
de tu ausencia
llenan de a borbotones la casa.

Anarquica incoherencia
desde que nos has dejado solos.

Mitos y fantasmas.
Muy pocas palabras.

La sed sin cuerpo.
El cuerpo sin alma
Y reflujos agridulces.

Saberse del mundo todo
y andar rengo.

Siempre he sido
un hijo paria del deseo
de estar vivo.

Pero es la muerte
la que me abraza.

La que siempre calienta la cama.

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