Resuena el silencio,
rebota en paredes oscuras,
que cuentan los días.
Es mi cárcel, mi templo.
De Dios ausente.
De nostalgia inerte.
Resuena el silencio,
haciendo la noche
aun mas larga,
más cruel, más revancha.
Y a mi mente, vienen todos.
Vienen y mueren.
En el esplendor de la masacre.
En sucesión infinita.
Quedamos pocos
sobradamente ausentes.
martes, 23 de marzo de 2010
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