jueves, 6 de mayo de 2010

A VECES, LO QUE SE SUEÑA

A veces supongo que te quedas.
Otras, que vienes de visita.
Y te doy la llave de mi
ciudad imaginaria.
Y organizo una fiesta.
Prendo sahumerios,
repaso copas
y abro un buen vino.

Y me siento a esperarte
en el escalón de afuera.

Como cuando venia mi vieja del trabajo
y sabia que traía una TITA en la cartera.

Y mientras no llegas,
me pregunto tu nombre,
el largo de tus piernas.
Si le escapas al verano,
si es que amas con la medula.

Y en ese ínterin,
pasa alguna,
una, cualquiera.
Y la invito a mi casa.

Y se siente celebrada,
se siente mujer,
se siente hembra.

Pero a las tres de la mañana,
la hecho afuera.

¡ No te duermas en mi cama !

Y vuelvo al escalón de entrada,
previo abrir una cerveza.

A esperar siempre la nada.
A esperar lo que se sueña.

Por eso no duermo de noche.

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