Te quiero en mi cama,
En mi vida, un día.
Para celebrar la magia.
Y que se suiciden los poetas.
Todos los poetas que
no somos nosotros.
Los que hablan del amor
en tercera persona.
Y nunca le ponen
el cuerpo a la noche.
Y que el encuentro sea devastador.
Y nos odiemos por siempre.
Por habernos amado solo una noche
y toda la tarde del domingo.
Hasta que te subiste al micro.
Y no callo ni una sola lágrima.
Pero el corazón, esbozo una sonrisa.
Por la complicidad vivida.
Por conspirar en favor del deseo.
Por no ponerle freno a las ganas.
Por seguir estando vivo.
miércoles, 30 de junio de 2010
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