miércoles, 30 de junio de 2010
TIGRE DE MADERA
Vos venias
y yo me aleje.
No queriendo ser visto.
Agazapado entre los matorrales.
En guardia siempre.
Como un tigre viejo, herido
y maltratado.
Festejando la propia muerte.
En carne viva.
Ausente de los lugares
que nos vieron crecer.
Callando el aullido.
Esquivando lo vivo.
Y las balas de plata.
Manso ya de la locura.
Acariciando con las garras,
toda la virtud.
Acariciando nostalgicamente
pieles nuevas.
Imposibles.
Buscando el ultimo verano de amor.
Que ya paso veinte veces.
Revolcado en charcos,
que refrescan las heridas.
Y las hacen llevables.
Hasta la ultima agonía.
La del día que te diste cuenta.
Que para muchas cosas,
ya era tarde.
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