viernes, 24 de septiembre de 2010

VOS

Vos eras de mi,
el fruto de una noche larga.
Y cargabas toda la esplendorosa dicha.
Subyugando el deseo.

Eras también,
mi primera primavera.
Con el florecer de tus pestañas.

Y tus labios, la osadía.
Ese fuego que calma.

Y yo, un viajero.
Acurrucado en los pliegues de tu espalda.
Sin rumbo cierto.

Tratando de atravesar tu cuerpo.
Solo para tocarte el alma.

Para refugiarme en el misterio
de aquello que se ama.

Vos eras de mi,
toda la felicidad soñada.

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