martes, 23 de marzo de 2010

ESCRIBA

A veces,
escribo para salvarme.
Otras, para suicidarme en versos.

Para sacarle el cuerpo a la nada.

Para hundirme en el misterio.
Para que me iluminen las palabras.
Ya que mis ojos están ciegos.
Y todo lo que ven, no creen.

Invitados al festín,
del fin sublime, perfecto
y transparente.

Han quedado estupefactos.
Tildados para siempre.

A veces, escribo para salvarme.
La mayoría de las veces.

LIBERTAD

El río, ahoga mi secreto.

Lejos del mundo
soy otro hombre,
siendo el mismo.

La nostalgia es mi desvelo.
Y la cárcel que me atrapa.

Solo un hombre
y el río inmenso,
desplegando su noche mas larga.

Como he aquí de hallar consuelo?
Si mis ausencias me reclaman.
Si cada destello en el cielo,
me inunda de palabras.

Si eres tu mi amada libertad.
Por dios que me has salido cara!

SILENCIOS

Resuena el silencio,
rebota en paredes oscuras,
que cuentan los días.

Es mi cárcel, mi templo.
De Dios ausente.
De nostalgia inerte.

Resuena el silencio,
haciendo la noche
aun mas larga,
más cruel, más revancha.

Y a mi mente, vienen todos.
Vienen y mueren.
En el esplendor de la masacre.

En sucesión infinita.

Quedamos pocos
sobradamente ausentes.