A veces el amor
se disfraza de hereje,
se cuela por una ventana
y no dice nada.
Se queda viviendo
en vos, como un ocupa.
Y te empuja.
Te avisa que ahí
esta el otro pedazo
que te faltaba.
Desplegando sirenas y bocinazos.
Te cuestiona lo vivido.
Y te dice no importa.
Y entonces te reís.
Y haces un globo gigante
con el bazooka
y dejas que te explote en la cara.
Se enoja y te insulta.
Te cuestiona.
Cuantas vidas pensas que tenes?
Y te responde.
Es esta sola.
Y te abre la puerta.
Y te invita.
Y ahí sos vos el que se tiene
que mudar de casa.
A veces, el amor.
miércoles, 25 de agosto de 2010
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